Por Alexis Socco
Más de 15.000 toneladas de hierros hundidos, óxido por doquier y muchos tanques con combustible que aún no han dejado salir su contenido para polucionar el puerto. Esa es la imagen de los 29 barcos abandonados en la Escollera Sur del puerto de nuestra ciudad, la mayoría hundidos entre los años 1997 y 1999.
De esos 29 barcos, 7 han sido abandonados por sus propietarios a favor del Estado. Esto significa que próximamente la Prefectura Naval Argentina podrá disponer que sean removidos. En estos días saldrá la licitación pública y quien la gane tendrá derecho a hacer el desguace. El resto espera pacientemente su transformación. Muchos de ellos además están interdictos, son activos de alguna sociedad quebrada, o deben más dinero por matrículas ante la Prefectura que lo que valen como chatarra.
"Los jueces no saben que ya no tienen un barco, porque sólo existe en sus expedientes. En realidad, sólo es basura sumergida", sostiene Luis de Trápaga, gerente de Servicios Portuarios Integrados (SPI), el astillero que ya comenzó con las tareas de limpieza de tres buques abandonados: el Centauro (un pesquero de 40 metros de eslora), el Coral y el Topacio.
"Los que estamos trabajando en esto esperamos que los jueces comprendan el problema. El intendente Katz ha demostrado su compromiso en la limpieza del puerto y se ha involucrado personalmente, enviando cartas a los jueces para que permitan la eliminación de estos desechos", comenta De Trápaga.
Por eso, la iniciativa de SPI de comenzar a reflotar y remover los buques hundidos cuenta con el aval de la Municipalidad, la Provincia y la Prefectura, en un plan denominado "Por un puerto limpio y productivo".
Estos buques hundidos constituyen un freno para las inversiones dentro de la actividad portuaria, ya que impiden la llegada de otros buques. Como ejemplo, la flota de buques coreanos que hoy recala en Mar del Plata deja en la ciudad unos 3 millones de dólares cada año. Y dada la falta de espacio y operatividad en el puerto, los buques que operan en el Atlántico Sur están efectuando sus escalas para reabastecimiento y reparaciones en Uruguay.
Inactivos
Pero además de los 29 hundidos, hay otros hay 23 buques inactivos, de los cuales algunos sí se podrían reactivar. En cambio, los hundidos ya no sirven más, están totalmente oxidados y es imposible volver a activarlos como buques (para su reflotamiento se necesita una grúa).
Estos barcos le están quitando espacio a la operabilidad portuaria y están contaminando el agua. Lo más problemático son los cascos hundidos, que siempre dejan algún resto de petróleo o materia grasa en los tanques que luego sale a la superficie. Estos cascos habían sido reflotados en el año '96, pero como quedaron amarrados a muelle y la chatarra no tenía valor, se volvieron a hundir. Pero ahora, la chatarra se está vendiendo a nivel internacional a buen precio y existe mucha gente interesada en el reflotamiento para cortarlos.
"El problema fundamental es el permiso de pesca: la mayoría de estos buques son pesqueros", afirma el titular de la Prefectura Naval Argentina, prefecto mayor Ramón Rigoni. "El permiso de pesca cuesta mucho dinero y la mayoría de los armadores compran un barco nuevo y transfieren el permiso del barco viejo al nuevo. Y como aquél no vale nada, lo dejan abandonado".
Por eso, se está trabajando en un proyecto de ley que se elevaría al Congreso para que el armador que deja un barco sin permiso de pesca sea responsable de su destino final y no lo deje abandonado en el puerto.
El astillero SPI firmó un convenio con el Consorcio Portuario Regional para limpiar el sector. "Nuestro interés no es comercial, queremos que se limpie para que sea productivo; nosotros no estamos comercializando chatarra", manifiesta De Trápaga.
Diego
ResponderEliminarMuy Interesante, un problema menos de contaminación.Espero que el proyecto tenga frutos.